Esta es la historia de un cani (o
un choni, o un poligonero, ya saben...) que, en su empeño por deshacerse de la
hipoteca, deberá recorrer el Reino de Españistán para enfretarse con todos y
cada uno de los malandrines, meapilas y soplagaitas que lo pueblan, dando lugar
a un relato plagado de tópicos, tacos y faltas de ortografía, con bien de
lobbies, parados, mileuristas, pensionistas, funcionarios, obispos, SGAE,
telebasura, enchufes, sobornos y estilismos poligoneros.
¿No sabías de él? Estás tardando, aquí tienes un aperitivo...
PABLO TOCA
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